En el artículo de hoy, os enseñaremos a modificar vuestras pantallas para
conseguir un efecto 3D sin necesidad de gafas especiales, que se podría “semejar”
al obtenido en las grandes pantallas de cine. Para ir entrando en materia,
convendría hacer una breve introducción sobre este tema, que aunque los medios
de comunicación nos lo presenten como algo novedoso, no es tan
moderno como cabría esperar.
Daremos, a continuación, unas breves pinceladas sobre la historia del 3D,
ya que merece la pena ahondar un poco en este aspecto.
- 1890 - 1915: Numerosos intentos por
construir un sistema cinematográfico en 3D, aunque ninguno con el éxito esperado. Destaca William Friesse-Greene, quien lo patentó (en la imagen podemos ver dicha patente).
- 1915: Primera proyección ante un público particular en
el Teatro Astor, de Nueva York.
- 1922: Primer largometraje en 3D utilizando el método
de la doble proyección, separando la imagen a través de los colores rojo y
verde; donde cada color era captado solo por uno de los ojos mediante unas
gafas con cristales rojo y verde respectivamente (método anáglifo). La película
se llamaba “The power of love”. Nuevamente, el éxito esperado no había sido el
mismo que el alcanzado.
- 1934: La Metro Golden Mayer presenta varios cortos en
3d con un gran éxito. Louis Lumière presenta la “Llegada del tren” en un cine
3D con una cámara estereoscópica.
- La llegada de los filtros polarizadores de Polaroid permitieron la
sustitución del método anáglifo anterior (los espectadores visualizaban la
imagen en blanco y negro) por uno más novedoso.
- 1960: Arch Oboler crea el sistema SPACE-VISION
3D, que imprimía dos imágenes superpuestas en una sola tira de película y
que permitía utilizar un único proyector equipado con una lente especial.
- 1970: Se desarrolla otro sistema, en el que las
imágenes eran comprimidas una al lado de la otra sobre una misma tira de
película de 35mm y proyectadas mediante una lente anamórfica a través de
filtros Polaroid. Con este sistema se eliminaba el peligro de la
desincronización que ofrecía el anterior sistema.
- 1980: Se crea el formato IMAX.
- Actualidad: Se usa el sistema “RealID”, con proyección
digital de imágenes circularmente polarizadas donde se usa las “gafas activas”; y el sistema “Dolby 3D Digital Cinema”, que utiliza un filtro de color de
espectro total montado sobre el proyector, permitiendo así la proyección en 3D
sobre pantallas blancas clásicas y donde las gafas utilizadas son las llamadas
“gafas pasivas”.
Como podemos observar, el 3D nace como un mero sistema propagandístico, con
el fin de conseguir que el número de espectadores crezca exponencialmente. Sin
embargo, como nos enseña la historia, esto no fue así.
Hay que decir que hace no mucho tiempo, empezó una carrera por encontrar un
sistema que permitiese visualizar imágenes 3D sin usar métodos estereoscópicos
ni gafas especiales. Varias empresas lo consiguieron y sacaron al mercado sus
productos (todos recordamos la famosa Nintendo3Ds, o el LG Optimus 3D), aunque
la historia se repitió y las ventas fueron muy reducidas.
Tras esa pequeña introducción y atendiendo a la petición de nuestros
lectores, en BlogR os presentaremos a continuación una forma “sencilla” de
conseguir, como señalábamos antes, que cualquier pantalla (del ordenador o del
móvil, principalmente) se transforme en un visor 3D sin la necesidad de gafas
usando el mismo principio de la Nintendo3DS.
El sistema utilizado será el llamado “3D con barras de paralaje”.
REQUISITOS
- Una pantalla (en el caso del ordenador, tiene que tener menos
de 24”)
- Una impresora capaz de imprimir como mínimo a 1200 ppp.
- Varias transparencias, que variarán en función del modelo de impresora
utilizado (las impresoras láser solo permiten la impresión en un determinado
tipo de transparencias, ya que las altas temperaturas pueden quemarlas).
- Un programa de manipulación de imagen (Photoshop, Gimp, Paint, etc.) para
crear el patrón de las barras de paralaje.
- Un programa para visualizar el contenido en 3D (en el caso de los
ordenadores, se puede usar “IZ3D” o youtube para ver los vídeos, gracias a la
reciente incorporación de la opción “SBS”, y en el caso de los teléfonos
móviles, nosotros recomendamos “Easse3D”).
PROCESO
1. Encontrar la resolución de
la pantalla utilizada, que se presentará en milímetros. A
continuación, tendremos que transformar dichos milímetros en pulgadas,
ya que las impresoras normalmente imprimen en pulgadas. Así, si la resolución
de nuestra pantalla es de 0,282 mm, estaríamos frente a unas 0,0111023622
pulgadas. A continuación, habría que multiplicarlo por la resolución de
nuestra impresora (por ejemplo, 1440 ppp):
0,0111023622 X 1440 = 15,987401568
2. Crear el patrón: Para
ello, abriremos el editor de imagen e introduciremos los siguientes valores:
- Anchura:
en este caso, 32 px (el doble de la multiplicación
anteriormente efectuada)
- Altura:
1px
- Resolución:
72ppp
- Color:
Escala de grises
- Fondo:
Blanco
A continuación, tendremos que seleccionar un rectángulo de 1px X 16 px
(dependiendo del resultado de la multiplicación anteriormente hecha) y pintarlo
de negro. A continuación, lo exportamos con la extensión PAT (patrón). El
resultado obtenido tendría que ser como el que se presenta en la
imagen:
3. Crear la barrera de paralaje: Abriremos un
documento nuevo con las siguientes características:
- Anchura:
8.5 pulgadas
- Altura:
11 pulgadas
- Resolución:
la máxima permitida por la impresora (1440 en este caso)
- Color:
Escala de grises
- Fondo:
Blanco
En este punto, lo único que haremos será rellenar el documento con el
patrón.
4. Imprimir la barra de
paralaje y alinearla, con el fin de conseguir el desead o efecto 3D.
Es muy posible que la primera vez no se consiga el efecto, ya que hay que
tener más variables en cuenta, como la distancia entre los ojos, la de la
barrera de paralaje con respecto al ordenador, etc. Por estas
razones recomendamos intentarlo muchas veces y no desistir en el intento, ya
que al final, el esfuerzo vale la pena. Es verdad que la calidad no es
perfecta, pero para ser un “gadget casero” los resultados obtenidos
superan con creces las expectativas.
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